En un contexto global de metropolización masiva, el aumento de la densidad urbana y el crecimiento vertical que ofrecen los edificios en altura pueden apoyar ciudades más sostenibles y saludables para las personas, que mitiguen los efectos crecientes del cambio climático en todo el mundo.
El diseño y la construcción de un edificio en altura es el más complejo desafío al que un arquitecto puede enfrentarse. Limitaciones como el coste, el calendario y el programa, deben conciliarse con los aspectos más subjetivos del diseño: la fluidez de la estética, la cultura del lugar y la experiencia del usuario. Desde un punto de vista de diseño, los rascacielos representan el principal catalizador de la evolución de las ciudades al definir inmediatamente su identidad visual y por su capacidad para atraer nuevas empresas y personas ofreciendo una infraestructura de primer nivel y servicios convenientes en lugares de gran demanda.
La enorme complejidad los edificios en altura exige una gran experiencia y la coordinación de todos los aspectos técnicos para asegurar la viabilidad económica. Un pequeño cambio en la altura de plantas, la modificación de un detalle de fachada, la selección del sistema estructural o de circulación vertical; puede tener un gran impacto en el coste de construcción, la huella de carbono, el coste de operación o la comercialización del activo.
En esta línea, Ortiz.León acumula más de 20 años diseñando rascacielos en las principales ciudades españolas. Proyectos como la Torre Mapfre en la villa Olímpica de Barcelona, Torre de Cristal en Madrid, Torre Iberdrola en Bilbao o la Vela en la Ciudad del BBVA; han aupado al estudio como representante español en el Council of Tall Buildings and Urban Habitat (CTBUH), think tank basado en Chicago que recoge los avances tecnológicos, tipológicos y constructivos que se desarrollan a nivel global.